jueves, 21 de octubre de 2010

POCO A POCO ESTO VA HÁCIA DELANTE

Es curioso como todo vuelve como todo vuelve a la normalidad cuando uno mismo se siente a gusto consigo mismo, y es uno mismo. Es cierto que he pasado por muchos momentos rápidos, y raros, y sobre todo rápidos, con tensión, con mucha tensión.  Es cierto que la culpa de toda la tensión acumulada entre los años 2005 y 2009 en parte no es culpa de nadie, el destino, y otra parte sí, pero esto lo quiero dejar zanjado ya.

Ayer volví a sentirme como yo soy, como yo era, alguien no contaminado por la hipocresía de la sociedad, alguien con identidad propia. Y sobre todo seguro de mi mismo, eso es lo más importante. Mi problema central, el que sí tiene como  responsable a una persona, era que me culpaba de forma indirecta de lo que me pasó, o quizás como dije en otras entradas, al destino. Pero quizás la barrera psicológica gira alrededor de toda la mierda que aguanté y que me comí como si fuera un credo.

Pero también parte del problema está en que tengo que aceptar en que la mala suerte existe, pero la malísima suerte no existe, y cuando hace acto de presencia, uno se queda petrificado, no sabe, no contesta, o no entiende lo que pasa, y a veces la solución que se toma, o que se decide tomar, es la del refugio en cosas o historias que no benefician para nada. Y quizás lo mejor es ver las cosas con perspectiva y quizás lo mejor que he hecho es parar, parar durante 5 meses, de mayo a octubre. Y pensar qué es lo que me pasa, qué es lo que puedo hacer, qué estaba haciendo y qué es lo que puedo hacer a partir de ahora.
Han sido muchas cosas, muchas en cuatro años, cosas que han paso muy rápidas. Han sido cuatro años, las cosas en cuestión terminaron en  NOV de 2009, pero su estela ha seguido hasta ahora, su tensión, su inseguridad, me han acompañado hasta ahora. Sé que cuando una persona pasa por un mal momento, lo mejor es no agobiarse, eso lo sé ahora, antes no lo sabía. Pero claro, decir eso es muy fácil cuando uno se ve solo. En la vida llega un momento, en el cual uno se tiene que enfrentar a sus miedos, llega un instante que uno tiene que tomar un camino, o se toma el camino de enfrentarse a los miedos, a los fantasmas, o toma el camino de seguir en el agujero, de seguir en la puta cueva. Es fácil, o esto o lo otro. Lo difícil es enfrentarse a los fantasmas, pero las ganas de vivir, las ganas de sonreír, las ganas con romper con todo, las ganas de sentir la sangre dentro de las venas, mirar a los ojos de la gente, y ser grande.

Quizás la conclusión a la que tengo que llegar es que hay que ver las cosas tal y como son, sin fantasmas, sin miedo y pensar que lo que no nos mata nos hace más fuerte. Pero para eso hay que echarle huevos, sentirse a gusto consigo mismo y sentirse bien. Tener confianza en que se puede salir de esto.



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