martes, 10 de agosto de 2010

CAPITALISMO II






Hace tiempo no me hacia este tipo de preguntas, hace tiempo no sabía ha donde iba.
Hace tiempo no pensaba en el mundo, en el rico mundo en el que vivimos, en su riqueza, en su belleza, en su distintas vidas, en sus distintas ilusiones, en sus presuntas buenas intenciones.

Hoy en día la sociedad en su conjunto, no me refiero a personas individuales, me refiero a la sociedad como un conjunto, como un todo, como un ente. No valora que una persona sea o tenga una actitud, o tenga una determinada maña para un determinado aspecto en la vida. No valora que usted señor o señora sean buenos dando consejos, o consolando a desconsolados amigos, o sean buenos dando abrazos a la gente que necesita sentirse querida. A no ser que a cambio de eso sea usted capaz de dar un valor añadido a algo, y así de esa manera sea capaz de comercializar, por ejemplo, dar abrazos a gente que no se siente querida, y así de esa manera poder sacar un beneficio económico, convirtiendo esos abrazos en algo vacío, sin sustancia alguna. A usted señor, o señora no le darán esa hipoteca tan preciada, por el hecho de que usted sea un esplendido o esplendida dando besos a la gente para que se sientan bien durante todo el día, y así hacer por un día, un día distinto para toda esa gente. Eso al ente, a la sociedad le da igual. Haga usted la prueba, vaya a una tienda, y compresé esos pantalones que tanto desea, sé que son caros, pero lléveselos, y cuando le toque pagar, dele un abrazo y un beso al tendero o a la tendera, le aseguro que dependiendo de como sea usted físicamente hablando y de como sea el o la teder@, es posible que segundos después esté la policía en la tienda, no en serio, es posible que al tendero o tendera le llene más ese abrazo y ese beso que lo que pueda ganarse materialmente hablando por la venta de esos pantalones. Pero vivimos en una sociedad en la que los besos, los abrazos, no se pueden cuantificar. Todo gira alrededor de lo material, de lo cuantitativo, de lo contable, lo que se puede contar, haciendo que todos, yo el primero, seamos esclavos del poder, esclavos del sistema, peones, hormiguitas obreras que día a día hacemos nuestro trabajo, para que la reina o poderosos puedan vivir.

Por eso lo más grande y lo más inmaterial que hay en esta vida es el amor, el amor a tu pareja, a tu vecino, a tu familia, el hacer las cosas sin esperar nada a cambio, eso queridos amigos llena más que todo el oro del mundo.

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