miércoles, 11 de enero de 2012

LA RISA, EL HUMOR, LA AMISTAD

Va para seis meses, va para seis meses, más de seis meses que empecé en esto. El otro día hice una entrada diciendo lo que había aprendido en estos más de seis meses, y después de leerla un montón de veces, me he dado cuenta que sólo me he dado cuenta de las cosas malas, de las cosas peores que tiene la vida. Y no es así, también me he dado cuenta de muchas cosas buenas. Claro que sí, no solo de pan vive el hombre, no solo de pan vive el hombre. He descubierto a gente buena, a gente normal con buen corazón, y a gente buena con prisas, que no por ello son malos, simplemente es gente buena con prisas, y las prisas como se decía en mi pueblo y como en casi todos los pueblos de España, no son buenas para nada. La gente piensa, opina y cree que la verdad no es buena para nada. Y ahora me voy a disponer a contar un poco de la gente buena y las cosas buenas que me han pasado.

 He conocido a gente que me confunde, aun me confunde. Está claro que lo que han echo es por amor, sí por amor, pero han hecho entender, que lo que en realidad me pasaba, era que tenía una visión distorsionada de la realidad, y que lo que yo, hasta hace poco, he percibido o he aprendido, es que la gente, la gente buena, es, en su mayoría de casos, gente normal con inseguridades, y la gente, con estadios, o pasajes de inseguridad, que es lo normal, lo más normal del mundo es tener pasajes de algo, de alegría, de tristeza, de humor, de malhumor, de angustia, de risa, de inseguridad, de seguridad y una larga lista de cosas, y de historias que no merece la pena poner. Esa gente, que yo consideraba a veces mala, no es tan mala, simplemente tienen trozos de inseguridad y a veces son inseguros. Y esa inseguridad, hace que se les vea como malas personas. Pero también es verdad, que también hay que decirlo, nadie tiene porqué aguantar a gente insegura, aunque éstos sean buenos. Pero bueno, tampoco me quiero desviar del tema, no quiero desviarme, pero la realidad es esa, hay gente buena, que a veces se escabulle entre inseguridad. 

También he aprendido que a veces, ser directo y seguro es amargo al principio pero dulce al siguiente minuto, es como eso que se dice en los pueblos. MAS VALE PONERSE UNA VEZ COLORADO QUE CIENTO AMARILLO.

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