El día de su cumpleaños sufrí uno de mis accidentes más grandes, siete puntos de sutura, y el día que la ingresaron en urgencias, yo enfermé con gripe además de otro percance. Era la pena de mi padre, que intentaba comunicarse conmigo, era el dolor de mi padre que intentaba comunicarse conmigo, para decirme, para anunciarme, para decirme lo que se avecinaba. Nunca me había pasado tanto accidente físico en tan poco tiempo, y no podía encontrar la causa a tanta desdicha. La cuestión es que mi padre se intentaba comunicar conmigo, quería transmitirme que estaba dolido, y quería decirme que está conmigo y que nunca me dejará. Ese es el mensaje que me ha mandado, que nunca me dejará, pues se fue muy temprano, me dejó solo, físicamente. Pero lo que yo no me dado cuenta hasta ahora, hasta hoy, que nunca he estado solo, que me ha ayudado en todo, que tengo y tendré estrella, para siempre, y que nunca me olvidará, que nunca me dejará solo, eso lo sé, eso lo he entendido, y lo entiendo ahora. Nunca me ha dejado, nunca, nunca, siempre ha estado a mi lado, siempre, siempre, nunca me ha dejado. En todo momento estuvo a mi lado, siempre, siempre, y ahora me he dado cuenta con las señales que me ha mandado. Sé que nunca me olvidará, que siempre estará ahí, siempre. Nunca te he olvidado padre, nunca te olvidaré, sé ahora que eres mi estrella, que nunca me olvidarás. Sé que nunca me dejarás solo, sé que siempre volaré junto a ti.
Esta entrada, entera, a parte de mis pensamientos y de mis atenciones y de mis cosas, esta entrada es para Simona, esa mujer, esa tía, que siempre conocí, y ví, UN SALUDO PARA ELLA. Y UN HOMENAJE PARA ELLA
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