domingo, 31 de julio de 2011

EL CAMINO

Vamos por el camino, ella y yo. Andando tranquilamente, sin prisa, pues me he dado cuenta que las prisas no son buenas para nadie, sí, para nadie, y vamos disfrutando del paisaje, viendo los ángeles caídos, viendo los pájaros volar, y viendo llorar el viento, viendo llorar al cielo y brillar el sol. A veces creemos que nunca volveremos a ser el de antes, a veces pensé que esa época dorada nunca volvería. Necesariamente estaba equivocado, los años dorados siempre vuelve y mejor que nunca, y mejor que cuando eran los primeros en venir. Sólo sé que nunca he estado equivocado y nunca lo estaré, y siempre estaré ahí, buscando el destino del camino, después de estos asquerosos cinco años, que pueden que me hayan servido de aprendizaje, puede que me hayan servido para vivir, más y mejor, o puede que no, pero la verdad es que para algo me servirán, eso sin duda. Los arboles me dan la bienvenida, y todo parece cómo antes, parece que todo es verde, parece que todo vuelve a ser normal.

Lo que sí no puedo volver es a caer en los mismos errores del pasado, eso sí que no lo puedo hacer, si lo hago, no avanzo, y este camino es lo que tiene que no puedo parar, pues si paro, no avanzo y este camino lo único que requiere es avanzar, os podrá gustar más os podrá gustar menos, pero es así, así de fácil y de sencillo, pues si vuelves atrás, si vuelves a ver que pasa, si vuelves para pararte para ver el paisaje, si paras para levantarte por tropezarte con una piedra en el camino, éste te castiga y te dice que el camino está para ser andado, si quieres pararte a ver, a observar, a meditar, a llorar, a reír el camino te dice que si lo haces lo hagas andando, pero nunca te pares, pues si te paras antes de llegar, puede que nunca llegues, puede que éste sea un viaje sin final,  y que lo único que vale la pena es el propio camino, y por eso éste te castiga si te paras a ver el paisaje, pues te recuerda que lo puedes hacer mientras andas, mientras andas, puedes reír, llorar, amar, y ver el paisaje del mundo que te rodea, pero nunca, nunca te pares. Ya estuve yo 5 años parado, allí, en ese mismo punto, allí sentado a ver si pasaba alguien, y al final, en ese tiempo no paso nadie, allí me quedé, a ver si veía la hierba crecer, y nada, ahí siguen como un pasmarote, quizás para lo único que me sirvió fue para darme cuenta que el camino sigue, y si te paras es para hacer algo importante, para hacer algo que valga la pena, y yo estuve parado para hacer cosas importantes, y para hacer cosas no importantes, para hacer cosas que nadie quería hacer, y así me pasó, que después de esos cinco años estaba irreconocible. Pero ahora, desde que la conocí, a su prima lejana a principios de abril, a su hermana canaria el día de San Isidro, y a ella el 27 de junio, pues eso, desde el 27 de junio, no ando por el camino, corro, para recuperar el tiempo perdido, para no mirar atrás, pues no sirve para nada, no se puede mirar atrás, pues el pasado no siempre es verdadero, a veces tenemos imágenes del pasado que no son lo que creemos que son, puede que sean imágenes de actuaciones de teatro de personas que querían que viéramos esa obra de teatro, pero que en realidad no es verdad, y puede que si nos creemos el teatro, las obras de teatro, nos paremos en el camino e incluso puede que volvamos para atrás fascinados por aquellas farándulas. No, no seas así, anda, camina hacia delante, pero camina, si no te gusta el camino, no te preocupes ya llegarán mejores momentos. Así es como yo lo estoy viviendo y todos los días le doy gracias a Dios de ver la luz, de ver el camino que la maleza me había escondido, y de andar por él como si nada hubiera pasado. Me siento muy orgulloso de mi mismo, poca gente se levanta después de estar sentado cinco años, y un buen día decide andar, sin la ayuda de nadie, sin que nadie me mire a la cara. Me quiero mucho por ser quien soy, y si eso a alguien le sienta mal o no le gusta, con todos mis respetos, VAYASE USTED A LA MIERDA.

Somos maravillosos, cada uno de nosotros, y no dejemos NUNCA que NADIE  nos diga lo contrario, pues si nos creemos que no somos maravillosos, le estamos dando esa autoestima perdida a otra persona, que nos la ha robado. Así pues todos los días me recuerdo a mi mismo que soy maravilloso, y como he dicho, al que no le guste, con todos mis respetos, VAYASE USTED A LA PUTA MIERDA.

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