viernes, 9 de diciembre de 2011

LA HISTORIA DEL SABER II

Socialmente se dice que en esta vida nos enseñan a todo, nos enseñan a barrer, a vestirnos, a comportarnos, a comprar, a consumir, a leer, a estudiar, a ver películas, a llorar, a tener sentimientos,......................, pero mira si nos enseñan, y enseñan, pero hay una cosa de la cual no nos enseñan, de eso, no nos enseñan, y si no nos la enseñan es por que simplemente nadie quiere aprender esto. Sinceramente de lo único que no nos enseñan es a SUFRIR. A eso no nos enseñan. Y por que no nos enseñan a sufrir? Creo sinceramente por falta de algo, la verdad, creo que es por falta de ganas, sinceramente, es por falta de ganas, o por falta de ilusión, o por falta de lo que sea, no lo sé. Creo que no se enseña a SUFRIR, por que si lo hicieran, cambiaría todo, no sé, cambiaría el mundo tal como lo conocemos en occidente. Creo que son varios factores. El principal es que a nadie le gusta aprender eso, a nadie le gustaría aprender a sufrir, pues no lo vemos como algo necesario, ya me enseñará la vida a eso. Sinceramente no se enseña a sufrir en occidente por que SINCERAMENTE CREEMOS QUE NO LO VEMOS NECESARIO. E incluso lo vemos como algo agorero, sí, nadie quiere aprender cómo enfrentarse al dolor.

Por otro lado tenemos las depresiones. Y por qué tenemos depresiones, pues muy sencillo, simple y llanamente por que no hemos sabido encajar una muy mala noticia, o no hemos sabido encajar algo inesperado que nos ha sorprendido. Básicamente esa es la causa de las depresiones, no hemos sabido encajar algo, algo inesperado. Pero que distinta serían las depresiones, o no existirían, si nos hubieran enseñado a sufrir. ENCAJARÍAMOS MEJOR LOS CONTRATIEMPOS, y por tanto sabríamos dónde estamos, pues sabríamos sufrir. Llegando a la conclusión, que las depresiones, bajones, o como lo quieran o queramos llamar, vienen por que no sabemos sufrir, pues si nos hubieran enseñado sufrir, si nos hubieran educado a saber sufrir. Sabriamos encajar las malas noticias de igual manera que se encajan las alegrías, se encajan los días, las noches. En definitiva no nos han enseñado a encajar las malas noticias, y por consiguiente tampoco nos han enseñado a intentar cambiar las malas situaciones. Pues creo que primero nos deberían de educar a saber sufrir a saber encajar lo malo y después a intentar cambiarlo.

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