jueves, 17 de noviembre de 2011

HOMENAJE A RAFE

La verdad es que no sé como empezar esta carta, esta carta que se la quiero dedicar a RAFE. Es un cariñoso y raro homenaje a este personaje, a esta persona. A consecuencia de su caída, me he dado cuenta de que ha pasado tiempo, que pasa el tiempo, sin duda, pasa, vaya que si pasa, claro que pasa. Recuerdo cuando le vi por primera vez, fue por 2008, a finales, demostraba, solo con la apariencia ya, ser un personaje un tanto raro y siniestro, eso es raro y siniestro. Pero creo que tengo que empezar por el principio, creo que tengo que empezar por el 1. RAFE era una persona con la cual tenía que convivir a nivel............................., bueno no quiero decirlo, pues no sé que pasa que últimamente todo el mundo se da por aludido cuando lee este blog. Digamos que tenía que tratar con él siete horas al día, más o menos. La cuestión es que este personaje ha sido es y creo que será una de las personas de las cuales más hablaré en mi futuro, cuando pasen 10 años más o menos, me acordaré de él con cariño, pues aunque diré cosas no buenas, gracias a sus triquiñuelas, he aprendido mucho, mucho, es una de las personas de las que más he aprendido, pues tenía muchas tablas, lo recordaré con cariño, claro que con cariño, pues fue y ha sido hasta hace poco un mando. Y eso, lo recordaré por ser tan peculiar como es, ha sido y será. Con esa persona he tratado más o menos 3 años, y la verdad si pongo en una balanza lo bueno y en la otra parte lo malo, he de decir que ni pondría nada en lo malo, ni tampoco nada en lo bueno. Hoy se ha despedido de nosotros con lágrimas en los ojos, se ha caído, ya no va estar junto con nosotros, no al nivel que estaba antes, va a estar en otro nivel, en otro más inferior. La cuestión es que este PERSONAJE ha estado durante muchísimo tiempo, pero muchísimo tiempo en el nivel superior, arriba, y ha hecho de su posición una forma de vida, hacía deshacía a su antojo, ................, hoy hago esto, mañana hago lo otro, pero eso sí, siempre asustado, siempre asustado y asustando y siempre con el miedo de no estar infringiendo la ley, pues aunque hacía y des hacía, era un miedoso, muy miedoso, estaba cagado, y siempre mirando a la ley de reojo. Se hizo su cortijo, se rodeo de gente, bueno de gente, se rodeo de estómagos agradecidos que le hacía todo el trabajo, y él solo quedaba para tomar café.

Que grande, que grande. Gobernó con miedo, era un miedoso sí, pero mandó, gobernó y dirigió a golpe de miedo, a golpe de miedo, a golpe de sembrar duda. Creó un sistema perféctamente diseñado para sembrar el miedo en todo el edificio. Es esparcía las semillas del miedo, y sus dos y a veces tres estómagos agradecidos, le araban la tierra, y le enterraban la semilla para que el miedo hiciera su trabajo, HACER DUDAR A LA GENTE. Está claro que el caballero sabía lo que hacía, sin duda, de eso no tengo duda, el señor sabía lo que hacía, de hecho ya lo he dicho, se ha tirado muchísimo tiempo en las alturas, sabía perfectamente lo que hacía y lo que tenía que hacer, y lo hacía, se conocía a si mismo, sabía quién era, lo asumió, y actuó en consecuencia. El sabía que era un ser asustado, pues estaba siempre pendiente de todo lo que hacía para no generar ninguna irregularidad. Y que hacía para no tener problemas, meter miedo y por tanto aprovecharse de la ignorancia de los que estaban por debajo de él. Él lo único que tenía era experiencia, experiencia en consecuencia por que se ha tirado mucho tiempo en esa posición, y él se conocía así mismo, el sabía que era un miedoso, y por tanto actuaba en consecuencia. ERA MIEDOSO, y lo único que hacía era utilizar el miedo para mover los hilos de los ignorantes. Pero cuando te enfrentabas a él, era como la seda, como un perrito, fiel y suave.

No puedo decir nada de él, ni bueno, ni malo, era una persona que se conocía a si mismo, sabía donde estaba, y que era lo que tenía que hacer para seguir en las alturas y para no tener problemas y de hecho lo hizo. Quería tenerlo todo controlado, todo, y eso es imposible, y quizás se le olvidó lo más importante, SER HUMILDE, SER PERSONA. Trató con despreció al que caía en su trampa, quién se creía el miedo y respetaba a quien se enfrentaba a él, era un mezquino y un cobarde. Pero eso no se lo digo como insulto, se lo digo como adjetivo, para definirlo.

Lo recordaré siempre pues me enseó las artes del miedo, y se lo agradezco, y bueno que le recordaré siempre y sé que hablaré mucho de él.

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