lunes, 14 de noviembre de 2011

LAS CASUALIDADES NO EXISTEN

Hace tiempo, y de ella ya escribí en agosto del año 2010, una chica, un amor mío durante 2004 y parte, casi todo el 2005. Me enseñó, no de forma directa, que algunas personas, prefieren las apariencias a ser feliz. Esta chica me enseñó eso, me lo enseñó bien. Esta chica prefirió APARENTAR que SER FELIZ. Me costó mucho aceptarlo, me costó muchísimo, mucho. El mal, el dolor, pero aun así, optó por una doble vida, o sea aparentar, de cara a la galería, mostrar una cosa, una cara e interiormente, en su intimidad, mostrar otra. Me di cuenta tarde, sí, me di cuenta tarde, pero bueno, me di cuenta. De eso me di cuenta tarde, pero me di cuenta, la cuestión es que quería tener dos caras, quería tener dos partes, quería tener dos vidas, y en una de ellas yo no estaba. Pensé en aquel momento que ella no me quería, no me quería lo suficiente para llenar toda su vida. Terminé el asunto, terminé con esa farsa, pues, sinceramente ella no me quería, pensé en aquel momento. Pasaron dos años, nos vamos a 2007, y la famosa señorita reaparece en la sombra, reaparece y me hace una buena FAENA, me la forma de manera soberbia, pero en la sombra, en la oscuridad, de manera oculta. SU HAZAÑA me da que pensar, me hace pensar y pienso, y pienso, y pienso, y lo veo claro, la única pieza que encajaba en el puzzle era que a causa de una variable mía, de una condición mía por aquel entonces,  de por aquel entonces, ahora no tengo esa variable, no tengo esa condición ahora, gracias a DIOS, pero por aquel entonces sí. Por lo tanto llegué a la conclusión que la señorita se avergonzaba de mi en publico a causa de esa variable que yo en aquel momento tenía. Eso fue duro, muy duro, pero a consecuencia de esa fuerza, me llené de rabia, de rage, y gracias a esa ira aprobé en una competición, conseguí pasar una competición con éxito, y gracias a ganar en esa carrera, ahora como, me alimento, por vencer en esa pugna.

Aquello me enseñó que no todas las personas son iguales, y que dentro de todo el abanico de personas que hay en la sociedad, a un grupo de esas personas, LES GUSTA MÁS APARENTAR SER FELICES. Pero de una cosa sí me di yo cuenta, que detrás de esa inseguridad que mantiene a ciertas personas más cerca del acto de aparentar, que de ser felices, siempre hay un JEFE (éste puede ser una o un grupo de personas) al cual le deben un respeto dentro de unas reglas que el JEFE ha definido como buenas, reglas, las cuales, el propio JEFE se las salta cuando le apetece, por eso es el JEFE. La  existencia de esa figura es muy importante en la vida de las personas que quieren aparentar, pues sin él, estas personas sería felices, pero como acatan los mandatos del JEFE, por tener baja autoestima, esos mandatos no les dejan de ser felices. Los JEFES suelen ser personas AMARGADAS que intentan con sus mandatos amargar la vida de los que les siguen. Y ustedes se preguntaran ¿Por qué le sigue la gente? Por que son personas con un arte de encandilar, de venderse bien a las personas con baja autoestima, son personas que siempre están demostrando que valen mucho, se venden muy bien e influyen en las personas que son fáciles de sorprender. Pues si no influyeran en ellas se verían como realmente son NO SON NADIE, y necesitan un rebaño de borregos para ser al menos pastores.

Cuento esto por que tenía la necesidad de contarlo, y para dejar un poco las cosas claras. Pues pienso que ciertas personas se han equivocado conmigo, y no les culpo ni les tengo rencor, lo único que pido que dejen las cosas como están y si ellos quieren ser así, si quieren vivir aborregados siguiendo a su pastor, que lo sigan, pero a mi que me dejen en paz. 

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