lunes, 12 de septiembre de 2011

JUSTO ANTES DE QUE LLEGUE A HERVIR

La cuestión, y lo que he aprendido esta semana, es que no hay que tener miedo, nunca hay que tener miedo, nunca. Sé que mucha gente utiliza el miedo para alcanzar sus metas, para conseguir lo que quiere, pero si no le hacemos caso al miedo, si no le damos la importancia al miedo, pues no la tiene, el miedo no valdrá para nada, y ahí es donde seremos y somos libres. Lo que quiero decir que durante mucho tiempo, mis ya archiconocidos y muy expresados 5 años de infierno, mis cinco peores años de mi vida, he vivido con miedo, y el miedo es un infierno gratuito, o sea, me explico, se tiene miedo por cosas que nunca pasan, nunca, se crean soluciones, mentalmente hablando, de problemas que nunca pasan. Uno se tira todo el día pensando en posibles soluciones a posibles problemas, que sorprendentemente nunca pasan. Y si ese problema no aparece o no surge, no se preocupe señora, pues aparecerá rápidamente otro problema en su mente para tenerle entretenido, para tenerle estabulado, para tenerle, donde el miedo quiere tenerle, ATONTADO. Durante esta semana que acaba de terminar, me he enfrentado a situaciones que anteriormente me generaban estrés, y sorprendentemente las he superado con tranquilidad. También en esta semana ha habido una persona que ha intentado que yo me sienta culpable, y también lo he superado satisfactoriamente con tranquilidad. A donde quiero llegar a parar es que si uno es libre, si uno no tiene miedo, será la persona más poderosa del mundo, vivir sin miedo, NO TIENE PRECIO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario