Hay mucha gente, todos, que nos reprimimos, todos alguna vez nos hemos reprimido, unos más otros menos, pero todos nos reprimimos, bueno, reprimirse no es malo, dentro de unos límites, imagínense que no nos reprimiésemos, yo le iría tocando el culo a las chicas, otro haría otra cosa, aquel robaría en ese comercio, en fin, que dentro de un orden, reprimirse no es malo. Lo mano es cuando nos reprimimos sentimientos, cuando lo que sentimos, no lo decimos, bien por miedo a que el resto o el contertulio que tengamos en ese momento se burle de nosotros, ese miedo lo tenemos grabado a fuego pues quizás nos estamos constantemente auto evaluando o quizás queremos ser perfectos y nos auto criticamos mucho para quizás alcanzar esa perfección que añoramos, y como queremos ser perfectos o que sé yo, no le decimos a nadie lo que sentimos, REPRIMIMOS NUESTROS SENTIMIENTOS y esa represión nos hace ser violentos, pues al no expresar lo que sentimos, por distintos miedos, nos volvemos violentos y agresivos, no solo físicamente sino también psicológicamente. Y muchas veces el no expresar debidamente nuestros sentimientos hace que vivamos presos de nuestro propio cuerpo y que nos sintamos continuamente acosados y ofendidos con el resto del mundo y eso quizás hace que nos dejemos llevar a veces por personas cercanas y quizás esa vulnerabilidad nos hace prometer cosas, hacer cosas, tomar responsabilidades, que sabemos perfectamente que en esos momentos no podremos hacer, y esa toma de responsabilidades gratuita que hacemos nos lleva a depender de la persona a la cual le hemos prometido todo lo anterior descrito.
CON ESO, QUE ES COSECHA PROPIA, ME MEREZCO EL NOBEL DE PSICOLOGÍA
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